Patología del oído interno que conlleva una pérdida auditiva brusca, repentina, sin otros síntomas que la acompañen. De origen incierto.
Los últimos estudios apuntan a que la causa se debe a un trastorno en el flujo sanguíneo del oído interno, que desencadena en principio una sensación de presión enorme a la que sigue un acúfeno muy intenso y una hipoacusia. Frecuentemente es unilateral.